viernes, 26 de junio de 2009




Había un lenguaje formal.

-hola boca, cuanto he echado de menos verte… para imaginar mi polla en ti… toda.

Un buenos días, un ofrecerse un café.

-buenos días capullito, un café, con leche? es Tu leche la que yo quiero.

Tenían la amabilidad de cederse el periódico.

-lo de menos es darte el periódico, lo importante es que voy a rozar tu mano, la misma que imagino pellizcando mis pezones, enredando en mi vello.

La cortesía de preguntarse que tal estaban.

-que si estas bien? Ya lo creo que lo estas… mirate, delicioso desde primera hora de la mañana, sabes como te queda ese pantalón, mi capullito, marcas mas de lo que yo quisiera… mentira. Marcas, y eso quiero.

Se respetaban el turno de palabra invariablemente.

-habla, perfecto, asi puedo imaginar como te cogería del pelo y dirigiría tu boca hacia mi, como te respiraría dentro, y te haría desear mi beso, habla… yo te escucho.


y escuchaban en silencio cuando el otro hablaba.


pero deseaban... tambien en silencio, hay un lenguaje formal, y otro vivo.




Las empresas suelen denominar con el término «recursos humanos» a las cuestiones relacionadas con el manejo del personal. Al ser definidos como «recursos», los trabajadores son asimilados a otro tipo de «recursos», como los «recursos financieros», o los «recursos materiales» (materia prima,).

La definición como «recurso» de las cuestiones relacionadas con el personal, tiende a concentrarse en las relaciones técnicas de producción, antes que en las relaciones sociales, dando prioridad a los aspectos disciplinarios y eventualmente psicológicos, pero postergando habitualmente las relaciones colectivas y los intereses personales de los trabajadores.


Este era,sin duda, un armonioso ambiente de trabajo.

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